Las lluvias cesaron, la tierra reverdece, se apaciguan los ríos desbordados de emociones y descansan las lagunas profundas como espejos de aguas claras. Vuelvo lentamente a la vida cotidiana desde el dolor sublimado, regado con el inmenso amor recibido. Lo perdido se trasmutó en lecciones aprendidas, en una experiencia iluminada. Agradezco desde todas mis vidas, a todos mis afectos. Vivo, crezco, tengo a mis queridos al alcance de un latido y eso es lo que importa.
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