lunes, 5 de enero de 2009

2009

Pasaron ya cinco dias del nuevo año y se difumina la cuota de bullicio, excitación y expectativa que inunda a mucha gente. Lo agradable de elegir vivir en los márgenes de la locura colectiva es que se disfrutan las cosas por lo que son: apenas un cambio de calendario. No hay que festejar hasta el amanecer las primeras horas del nuevo año, ni llenarse la panza con pavo, relleno y regar con abundantes licores. Menos vestirse de luces y estar en la fiesta más "in". (Mi tradición hogareña más efectiva ha sido la pijamada de Nochevieja). Tampoco la mañana del 1 de enero la vida es mas hermosa, si acaso, más callada porque todos los fiesteros duermen y los que estábamos dormidos a las 12 estamos bien despiertos, alertas, disfrutando del silencio y el sol radiante del nuevo día, tan nuevo y lleno de posibilidades como lo es cada amanecer.

Sin embargo, los calendarios marcan hitos, señalan el transcurso del tiempo. Es increíble pensar que 2008 haya alcanzado para tantos eventos, emociones, encuentros, hallazgos, despedidas. Para la reunión semanal de almas afines que buscan crecer juntas y acompañarse en el camino con alegría, solidaridad y curiosidad mutuas hasta formar una hermandad entre gente en apariencia tan dispar y en esencia tan cercana.

Los deseos para el año nuevo son, entonces, los mismos que para cada día: vivir en conciencia, disfrutando del placer y el aprendizaje de cada día, descubriendo y gozando de las personas que pueblan nuestros días y recordando a las que han cruzado diversos umbrales y ya no están pero se las ama igual y se las tiene en un lugar del corazón, a veces doliente, a ratos brillante. Que el año traiga lo que tenga que traer, ni más ni menos y que los dioses nos den las herramientas que nos permitan enfrentar el afán de cada día, con valor, honestidad y amor.

Y sobre todo que no nos dejemos contagiar por los miedos dominantes y nos mantengamos en calma en medio de la tormenta, que hay, que viene, que no termina. Pero que no por ello nos olvidemos que la vida no es lo que se publica en los diarios y que nuestros pequeños mundos personales siempre están llenos de cosas mucho más grandes y valiosas: de la comunión con la vida en la forma de los logros de nuestros hijos (2008 es el año en que la princesa aprendió a leer sola), de las amistades que crecen y se refuerzan (dos de mis mejores amigos van a ser los padrinos del porotito en camino), de nuestras pequeñas conquistas personales en el mundo interior y la vida externa (cada uno tiene su pequeña victoria que registrar).

2009, ¡caramba!, es un año que llega señalado por el cambio, que anticipa su cuota de caos y tiene marcados sus eventos específicos así que al menos tenemos por seguro que no será un año aburrido. Y eso, ya es bastante decir. Los eventos suceden sin que a veces tengamos control sobre ellos, lo único que controlamos es la actitud, la respuesta, el enfoque. Ocupen su localidad, abrochense el cinturón y recuerden, it's just a ride!!!