viernes, 9 de diciembre de 2005

Paréntesis que cierra, paréntesis que abre

Rompí la buena racha de publicar un post por semana que establecí en octubre. Ofrezco mis sentidas disculpas, pero fue por una buena causa: he vuelto a trabajar. Me entallo de nuevo el traje de periodista, presto ojos, oídos y manos a transcribir historias ajenas, informaciones breves, reportes del lugar de los hechos.

Se cierra un paréntesis de cinco años de “ocupación: ama de casa”, cuando no “quehaceres domésticos”. Años productivos en lo interno, en lo familiar, en lo espiritual.

Abro el paréntesis laboral con destino y lapso de tiempo indefinidos. Con ánimos, con sorpresa de no haber perdido las habilidades adquiridas, con óxido en tareas como despertar temprano y vivir bajo la dictadura del reloj, con la incógnita de experimentar la vida de madre trabajadora, aunque sea a medio tiempo.

Con esperanza y gratitud.

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