sábado, 6 de enero de 2007

Caleidoscopio

La vida, tan pródiga, entre los pliegues de su complejidad en los que a veces nos quedamos atrapados, asfixiados, sofocados; otras nos deposita sin saber, en un remanso, una laguna, una ventana con vista al verde mar, verde bosque, verde corazón. Y en otras nos regala souvenirs del paraíso, muestras gratis de lo grande y divina que puede ser la condición humana.

Así, un 12 de diciembre de 2006, en Buenos Aires, en un recinto sagrado, un señor de bombín empieza a recitar estos versos:

Porque se ha escrito de todo
y se ha opinado de todo
y bla bla bla bla bla dice Rosario
bla bla bla bla bla dice Madrid
bla bla bla bla bla miente el diario
bla bla bla bla bla no pero sí.

Para callar en Boca tantas bocas
que nos tocan las bolas a los dos
para descolocar a los masocas,
vamos a divertirnos ¡FITO Y YO!

Y uno solo puede imaginarse la euforia, la incredulidad, la locura de ver aparecer a Fito Páez en la Bombonera de Boca para cantar con la voz que se debe, la primera estrofa de “Llueve sobre mojado”, junto a su enemigo íntimo, su “novia borracha”, su/nuestro Joaquín Sabina. La evidencia, aquí. (Y no, este no es OTRO post sobre Sabina).

De igual manera, este día de Reyes, encuentro que por un afortunado error han venido a parar a mi disco duro los archivos mp3 de un concierto de Rita Lee, y gracias a este invento prodigioso del internet además encuentro las letras y descubro por fin que el nombre de una canción favorita de siempre es “Manía de vocé” y canto…

Meu bem você me dá água na boca
Vestindo fantasia, tirando a roupa
Molhada de suor
De tanto a gente se beijar
De tanto imaginar loucuras!

A gente faz amor por telepatia
No chão, no mar, na lua, na melodia
Mania de você
De tanto a gente se beijar
De tanto imaginar loucuras!

Nada melhor do que não fazer nada
Só pra deitar e rolar com você!”

La tarde anterior, mi hermana, mi amiga me cuenta que se concretó el sueño de una promoción en su trabajo que la traerá de vuelta desde Quito a este puerto para hacernos la vida mutuamente menos inhóspita, más narrada, más acompañada. El retorno es duro, yo ya lo pasé y querida mía, uno se acostumbra, especial y básicamente por los afectos que hacen que cualquier paisaje se vuelva menos sofocante. La bienvenida y la alegría cobran vida en el corazón y preparan el camino para ti y tus pequeños.

La otra tarde descubrimos en un comentario, una referencia mutua, la gracia de las redes de relaciones que tejemos sin saber, sin querer, sin sospechar. Y nos causa risa, risa interminable, risa involuntaria, risa, risa, risa. Que la prima de alguien es la amiga de otra persona que se enamoró hace mucho años de una persona que marcaría la vida de la prima antes mencionada. Que la hermana de uno es la compañera de aula de la compañera de trabajo de su mujer. Que una termina siendo el punto central de redes extensas, que si se estira un poco el hilo terminan cubriendo el mundo entero, en asociaciones virtuosas y en círculos viciosos por igual. Todos estamos unidos, todos somos uno, solo varía el vestido corporal y la cobertura de sabores que nos hacen de izquierda/derecha, progres/retros, aniñados/revolucionarios, serios/ cómicos, fofos/teóricos, iluminados/oscuros. Y todo a la vez ¡y vuelta a empezar!

El caleidoscopio gira y la sonrisa ha vuelto. Y de nuevo canto y ensayo un pasito con eso de…

“Baila conmigo, como se baila na tribo,
baila conmigo, lá no meu escondrijo”

La casa está sola, (todo espera por hacer, por mi mano, mi acción) y se llena apenas con el eco de estas teclas. Y con la música de una señora del Brasil que dice que si Dios quisiera un día quisiera ser india y vivir desnuda pintada de verde. De nuevo, el color. Nada es coincidencia.

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